viernes, 17 de octubre de 2014

Frases Típicas

En una ocasión he oído a alguien decir que" un niño sin límites no es un niño feliz" No sé exactamente quién lo dijo, pero cuánto más buceo en el mundo de la educación, mas me convenzo de que lo que he oído es una verdad absoluta. Los límites hacen con que el niño se sienta controlado y cuidado, y sobretodo seguro.
Todos los niños necesitan límites. Un niño sin control es como un barco sin timón, un caminar sin rumbo ni dirección. No se puede educar a un niño a su aire, dejándole hacer lo que le da la gana. Un niño debe tener claro hasta dónde puede llegar, qué es lo que se espera de él. Y aprender a trabajar y a obedecer según los límites que le dan.

Límites y normas en la educación de los niños

Niño reflexivo y pensativo
Son muchas las quejas de las familias sobre la falta de educación y de control de los niños, sobre las innúmeras rabietas que montan algunos, sobre sus ataques de ira, de agresividad. Creo que en su mayoría son niños que jamás experimentaron límites, y que solo tratan de llamar la atención para conseguir lo que realmente quieren.
Para algunos padres eso de límites suena a algo así como quitar la libertad y la espontaneidad de los niños. Pero es todo lo contrario. Los límites, bien empleados y comunicados, ayudan a la relación de los niños con su familia. Provoca un cierto acercamiento. Para enseñar los límites a tu hijo es necesario que conozcas algunas pequeñas reglas:
1- Los límites deben ser sencillos, ante todo. Me explico: es mejor decir a tu hijo que tendrá que recoger la mesa después de la cena, en lugar de decirle que debe limpiar todo porque él no hace nada en casa.
2- Los límites deben ser claros y explicados. Si tu hijo no se ha esforzado lo suficiente esta semana en sus estudios, no tiene por qué disfrutar de una sesión de cine el fin de semana. Explícale que si en la próxima semana él trabaja mejor, que podrá ir al cine.
3- Los límites deben ser positivos. Por ejemplo, si el niño habla de una mala manera contigo, o tira algo al suelo, en lugar de decirle que NO lo haga, de una forma enérgica, lo mejor es que respires hondo, espere un rato y después, demuestra al niño su interés por su enfado. Eso le mostrará una forma de manejar el enfado o irritación.
4- Los límites deben ser firmes y consistentes. Para decir a tu hijo qué es lo que esperas de él, es necesario que le mire a los ojos, háblale de una forma clara y seria, y que le sostenga por los hombros mientras hablas.
5- Es muy importante que cuando se prohíba a un niño de algo, que siempre lo mantenga. No se puede castigar un día y perdonarlo un minuto después. Sólo creará una confusión en la cabeza del niño.

martes, 14 de octubre de 2014

LA IMPORTANCIA DE PONER LIMITES A LOS NIÑOS

Hola amigos: Mi nombre es Carla Burgueño soy estudiante de la Tecnicatura en Primera Infancia, estoy incursionándome de apoco en el mundo de los blog y me encuentro muy entusiasmada en ir  construyendo este blog de cómo los limites en el niño son necesarios.


Ser padres no es una tarea sencilla y muchas veces dudamos sobre la forma en que debemos criarlos. Estamos viviendo una época de mucha libertad y eso no está mal, sin embargo, a veces a los adultos nos cuesta poner límites y eso se ve reflejado en el mal comportamiento de los niños tanto en el hogar como en la escuela.

Es fundamental saber que poner límites a los hijos es un acto de amor y nada tiene que ver con ser autoritario. Los límites les brindan seguridad y tranquilidad a los niños y aunque parezca mentira, aumentan la autoestima y contribuyen a un sano desarrollo emocional.

Claro que poner límites no significa acudir a la violencia. Nada de eso, sólo implica que la vida diaria se desarrollará en un marco de orden beneficioso para todos los integrantes de la familia.

Naturalmente, todos los niños son revoltosos, desobedientes y caprichosos, y lo hacen porque necesitan conocer los límites para ubicarse en el mundo y para sentirse seguros de que alguien los está cuidando. Cuando el límite  está ausente, los chicos asumen ellos mismos posiciones de autoridad que no les corresponde a su edad y se convierten en niños violentos o irrespetuosos.

Lo importante es estar seguros del límite que aplicamos. No hay que mentirles a los niños y siempre cumplir con lo que les decimos. Así como debemos siempre cumplir si les prometemos llevarlos de paseo o jugar con ellos, también debemos aplicar las sanciones. Si le dijimos al niño: “si no haces esto, no ves la televisión en todo el día”, debemos efectivamente apagar la tv, de esa manera, los chicos aprenden a respetar los límites, aunque los cuestionen o se enojen.
Otro tema fundamental es que no haya contradicciones entre los padres. A los niños les hace muy mal que los padres se desautoricen entre ellos y cuestionen lo que uno de los dos le dijo al niño. Así que es importante consensuar con nuestra pareja sobre los objetivos y la forma de crianza de nuestros hijos.
Hay que tener en cuenta que los límites son parte del amor de nuestros hijos, no hay que dudar de que les hacen bien y también debemos enseñar a respetar a sus pares y a los adultos, para inculcarles conductas no violentas.
También es importante que los límites que pongamos no sean producto de nuestro estado de ánimo, sino de los objetivos racionales que tengamos con respecto a la crianza de los niños.
Poner límites no implica que le quitemos al niño la posibilidad de elegir. Por ejemplo, si el tema en cuestión es que no quiere bañarse, la negociación que podemos hacer es: vas a bañarte aunque no quieras, pero si lo deseas puedes elegir hacerlo con la ducha o con la tina llena y puedes escoger dos juguetes para jugar en el agua. De esta manera, ponemos el límite claro de que tiene que bañarse pero a la vez les brindamos la posibilidad de elegir algo.